Los fantasmas de la universidad
- Santiago Trozzo Diez
- 26 abr 2019
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 28 abr 2019
Si no fuera por los "fantasmas", las universidades no podrían funcionar. Ellos siempre están ahí, trabajando día y noche para que todo este bien... y te puedo asegurar que, aunque tú no siempre los veas, ellos sí te ven a ti.

Aunque muy pocos perciben su presencia, en todas las universidades hay fantasmas. Están ahí en todo momento, muy atentos a lo que sucede. Algunas personas llegan a pensar que son malos, pero no es así, al contrario, lo único que buscan es que todo esté bien. Los encuentras vigilando quién entra y quién sale de la universidad, limpiando las áreas comunes para que estudiantes y maestros estén cómodos, o hasta sirviendo comida para dar energía a quien lo necesite. En realidad, no son invisibles como muchos se los imaginan, solo hace falta fijarse un poco para poder verlos. Bueno, la verdad es que ni siquiera son fantasmas, aunque la mayoría de las veces eso pareciera.
En la Universidad Anáhuac Norte, fundada el año 1964 por la Congregación de los Legionarios de Cristo, el personal de limpieza, los guardias de seguridad, las personas que apoyan en la cafetería, los bibliotecarios, los recepcionistas y muchos puestos más, son esenciales para que la institución pueda funcionar. Sin estos “fantasmas” todo sería un caos, habría desorden e inseguridad y estar en la escuela se volvería algo sumamente complicado, en especial para los estudiantes.
La cuestión es, que a pesar de la excelente labor que hace la mayoría de estos trabajadores, son muy pocas las personas que perciben su presencia y mucho menos las que reconocen su trabajo. Parecen "fantasmas", porque para muchos es como si no existieran. La mayoría de la gente está tan inmersa en sus problemas que casi nunca se toma el tiempo de agradecerles o siquiera saludarlos. Incluso hay ocasiones en las que estudiantes se dirigen a ellos de forma grosera simplemente porque les piden que respeten las reglas.

Los trabajadores de servicio son seres humanos que, como cualquiera, tienen problemas, días buenos, días malos, familias que mantener, rentas que pagar, etc; y con todo y esto encima, aún hacen su esfuerzo por trabajar de la mejor manera. Algunos incluso desean estar en el lugar de algún estudiante sin poder hacer nada al respecto. Pero esto casi nadie lo sabe, porque son muy pocos los que los conocen. El siguiente video nos da una idea al respecto.
Como pudimos observar, existen sus excepciones, pero la mayoría tiene un contacto muy lejano o hasta nulo con estas personas. Por está razón, daremos la oportunidad de que conozcan algunas de las historias conmovedoras de los trabajadores, que nos pueden ayudar a entender la vida desde una nueva perspectiva. Y te recuerdo que no importa si no estudias en la Anáhuac, si ya te graduaste o si también trabajas, porque estos "fantasmas" los puedes encontrar en cualquier lado.
¿Cómo es la vida de un trabajador de servicio?
Originario de Oaxaca, Epifanio Hernández emigró a la Ciudad de México en busca de trabajo. Hoy en día se encarga de la seguridad en la Universidad Anáhuac. Aunque le gusta su trabajo, Epifanio mencionó que le gustaría ir más allá. "En mi juventud no tuve la oportunidad de estudiar. Si tuviera la facilidad lo haría. Quisiera hacerlo para poder enseñar a los niños indígenas", comentó. Como seguridad explicó que uno tiene que aprender a lidiar con gente buena y mala. "Cuando un alumno no encuentra estacionamiento viene y se pelea con el guardia", dijo. Para él, estudiar es un privilegio e invitó a los alumnos a que le echen ganas para que nuestro país pueda salir adelante. "Que no se quede aquí. Salgan a otros estados y lleven sus aprendizajes a lugares que no tienen programa educativo", terminó diciendo.

En el área de limpieza, Lucía Ramírez contó su experiencia de trabajar en la universidad por más de seis años. Al preguntarle sobre su trabajo, mencionó que le gusta mucho por la cercanía que tiene con los maestros y estudiantes, pero añadió que también hay ocasiones en las que los alumnos se enojan, en especial cuando no los dejan entrar al baño porque se está llevando a cabo el aseo. También comentó que lo que ella a notado en sus años de trabajo, es que en los salones hay mucha basura, e incluso hay veces en las que encuentra los baños sin jalar. "Si pudiera decirles algo a los estudiantes sería que vean por su propia higiene. Que mantengan su baño limpio y cuiden las instalaciones para que podamos hacer nuestro trabajo mejor. Al final son ellos los que pasan por ahí." dijo Lucía.
La biblioteca es otro lugar donde muchos alumnos pasan una gran cantidad horas. Por esta razón, para poder mantenerla en orden es esencial tener gente que vigile que se cumplan las reglas. David Gallardo, asesor bibliotecario, menciona que cuando les ha pedido a los alumnos que no maltraten las instalaciones, lo han llegado a amenazar diciendo cosas como, "¿cuánto cuesta este pizarrón?, yo pago por él". Nos cuenta más a detalle en el siguiente video:

En la cafetería, Sofía Galicia expresó que su trabajo le gusta porque es tranquilo, no le pagan "tan mal" y le permite ver a sus dos hijos los fines de semana. Sobre los estudiantes comentó que, aunque se supone que por la universidad en la que estudian deben ser de buenas familias, son más los groseros que los educados. "A la mayoría le faltan valores", dijo, "quieres ser amable y te hablan mal. Lo único que les pediría es mínimo pedir las cosas por favor y contestar gracias. Es nuestro trabajo, pero no por eso deben ser groseros". Finalizó agradecida por tener la oportunidad de expresarse y con la esperanza de que sus palabras puedan ayudar a los alumnos a darse cuenta de sus acciones.
Por más exagerado que parezca, es la realidad. Existen alumnos groseros y arrogantes que generan opiniones negativas sobre ellos que no van de acuerdo con la misión de la universidad de crear "líderes de acción positiva que promuevan el desarrollo del ser humano, inspirados en los valores cristianos".
Lo bueno es que no se puede generalizar y también existen alumnos educados. Evelia Prida, empleada de limpieza, comenta que muchos estudiantes son buenos y respetuosos. "Admiro su capacidad y esfuerzo, aparentemente se ve fácil estudiar, pero se que no lo es", dijo. Agregó que ella trabaja para sostener a su familia y que le gustaría que se valorara un poco más lo que hace. "Hay alumnos que piensan que no cumplimos con nuestra labor, pero hacemos nuestro mayor esfuerzo. En ocasiones con baja de personal no nos damos a basto." Finalizó diciendo que esto es como un equipo, sin los estudiantes el personal no tendría trabajo y sin el personal, los estudiantes no tendrían espacios limpios.
Como menciona Evelia, existen estudiantes que piensan que el trabajo de servicio no es el mejor, y aunque son la minoría, representan un porcentaje que, por no estar satisfechos, tiene derecho a exigir. Pero al contrario de estos alumnos, una gran mayoría considera que la labor que hacen los empleados de servicio es excelente, y que por lo general, no se les reconoce como se debería. A continuación, podemos ver lo que piensan algunos de ellos.

Sea buena o mala la opinión de los estudiantes, los empleados tienen que seguir con su trabajo. En el área de seguridad, José Marín se levanta de lunes a viernes a las 3:30 de la mañana para poder llegar a la universidad a las 6:00am. Mencionó que, además de por estar al aire libre, le gusta su trabajo como guardia porque ayuda a prevenir accidentes y a mantener las instalaciones en buen estado. "No tengo mucho que decirles. Tal vez solo que practiquen meditación y dejen los vicios", recomendó José.
También como parte del equipo de seguridad, pero encargado de supervisar a los estudiantes y detener a los coches para que los alumnos puedan cruzar la calle, Juan Carlos expresó que, aunque su relación con los estudiantes es buena, sí ha llegado a tener problemas con ellos. Lo explica más a profundidad en el siguiente video.

Con una historia diferente, Eutiquio Senovio comentó que el trabaja en el área de limpieza de la universidad para poder comer y pagar su cuarto. "Mucha gente no hace su esfuerzo, pero yo sí, porque lo necesito". Contó que cuando habla con los estudiantes lo que intenta es motivarlos. "Al igual que le digo a mi hija que se acaba de graduar en medicina, échenle ganas, porque la limpieza es pesada y se gana poco... vale la pena estudiar", mencionó.
Y así como algunos trabajadores motivan a los estudiantes, también hay algunos trabajadores que al mismo tiempo son estudiantes. Tal es el caso de Noé Samuel, cajero y barista de la cafetería, que nos cuenta en el siguiente video su opinión sobre los alumnos de la Anáhuac y nos explica cómo, a sus 21 años, maneja sus tiempos para estudiar y trabajar de tiempo completo.
¿Qué tienen que decir los estudiantes de la Anáhuac al respecto?
Como se ha podido apreciar a lo largo del reportaje, los alumnos en general no conocen a los trabajadores, y aunque saben que su trabajo es importante, rompen las reglas y se concentran solo en sus conflictos personales. Una vez más, gran parte de este problema existe por la lejanía que hay entre empleados y alumnos que provoca una difícil comunicación. Por esta razón, la única opinión que pueden tener los empleados sobre los estudiantes es por las acciones que realizan, pero, ¿qué pasa realmente por la cabeza de los alumnos? Para responder esto, en el siguiente video le dimos la oportunidad a los estudiantes de expresarse de una forma que en muchas ocasiones es complicada para ellos. La pregunta fue: si pudieras decirle algo a los trabajadores, ¿qué les dirías?
Después de ver esto, no cabe duda que los estudiantes están sumamente agradecidos por el trabajo que realizan los empleados de servicio. Lo interesante es, ¿por qué tienen que esperar a que se los pregunten para poder expresarlo?, ¿por qué no lo demuestran con acciones en su día a día para así poder cambiar la opinión negativa que algunos tienen de ellos?
Es verdad que los alumnos buenos son más, y no dudo que tú que estás leyendo esto tengas un trato respetuoso con la gente de servicio que tienes más cerca. El problema es que las personas groseras y prepotentes son las que hacen más ruido, y si los que piensan que los trabajadores deben ser más reconocidos se quedan callados y no lo expresan con sus acciones, será sumamente complicado poder hacer la diferencia.
Este reportaje no es más que un puente para facilitar el entendimiento entre el personal de servicio y los estudiantes. El que esté dispuesto aunque sea a saludar y dar las gracias a los que dedican su trabajo para el bienestar de la comunidad, puedo asegurar que ya estará en buen camino, pero a partir de ahora cada quien decide que hacer y hasta que punto llegar. Lo que es un hecho, es que el ser amable y reconocer el trabajo de alguien que trabaja por tu bienestar, nunca sobrará.
"Una vez más, gracias a todos los empleados de servicio por su trabajo. Es por ustedes que la universidad sigue en pie".
Reportaje por: Santiago Trozzo
Referencias:
Historia (2019, abril 24). Recuperado de https://www.anahuac.mx/mexico/historia
Misión. (2019, abril 24). Recuperado de https://www.anahuac.mx/mexico/mision



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